Naturaleza Amenazada

Naturaleza Amenazada: Mamíferos. Ana Correas Galán y Juan M. Varela Simó

Lobo (Canis lupus signatus)

Muchas son las historias que aparecen en la mitología y en los cancioneros tradicionales sobre la vida de este magnífico predador. Si bien, no todas le hacen justicia; antes al contrario, en numerosas ocasiones ha sido presentado como un enemigo acérrimo del hombre. Sin embargo, lo cierto es que existen muy pocos casos verdaderos de ataques al hombre en Europa, y la mayoría de ellos podrían ser comportamientos carroñeros con cadáveres en tiempos de guerra o epidemia.

La mala prensa que ha tenido este can ha sido la causante de su persecución implacable por parte del hombre durante décadas. Pero ¿cómo es y cómo se comporta este supuesto devorador de hombres y ganado?

La forma de cazar de los lobos es la persecución. Su estructura corporal le permite un esfuerzo continuado que no se da, por ejemplo, en los felinos, de carrera explosiva pero corta. Esta técnica de caza, sin embargo, no resulta efectiva en solitario. La caza en grupo permite acosar a la presa y acorrarlarla y, por otro lado, simplifica el trabajo de búsqueda.

En sus correrías , los lobos aúllan para advertir a otras manadas el dominio del territorio y evitar así su intromisión. También aúllan para invitar a otros individuos a un encuentro.

En invierno, los lobos-como otros mamíferos-tiene el pelaje más largo y denso como protección contra el frío. La subespecie ibérica C. lupus signatus se distingue por poseer unas listas negras muy llamativas a lo largo de las patas anteriores.

Los cachorros nacen ciegos tras cerca de dos mese de gestación. Una manada de lobos de tamaño normal puede atender y proteger a más de una camada.

Distribución:

Se distribuye de forma continua por la mayor parte de Galicia, la Cordillera Cantábrica, parte septrentrional de Castilla y León, y algunas zonas de La Rioja y el País Vasco.

Se encuentran amenazados.

¿Qué podemos hacer?

Conservar los bosques que aún nos quedan y hacer todo lo posible por evitar la caza ilegal, de la que por desgracia, todavía es objeto.