El huevo mágico de Charli. Rubén Curros Caballero
"Un joven llamado Charli se sentía muy solo ya que nadie le entendía ni su propia familia. Ninguno entendía su afán por explorar. Solía pasear por su pueblo, pero nunca se acercaba al bosque por miedo. Un día, entró al bosque y paseando por él de repente se paró. Observó un huevo, un enorme y brillante huevo. Lo cogió, lo guardó en su mochila y rápidamente se dirigió de nuevo a su casa.
Charli cuidó del huevo durante varios días, pero una tarde todo cambió. El huevo comenzó a romperse y poco a poco se podía ver lo que había dentro de él. Salió un pequeño lagarto, o al menos eso creía Charli. Pasaron los días y el lagarto iba creciendo y le empezaron a crecer unas pequeñas alas. Charli empezó a informarse en enciclopedias sobre qué clase de animal era Sharon, ya que así es como le llamó.
-¡Creo que tengo un dragón!-Exclamó entusiasmado Charli
Pasaron unos años y el dragón se hizo mayor aunque se le veía muy deprimido. Charli al verle deprimido pensó en darle una sorpresa. Juntos fueron en busca de la familia de Sharon y esperaba que de esta manera se alegrase y volase como lo hacen los dragones en los cuentos.
Caminando por el bosque comenzó a formarse un gran huracán. El huracán les arrastró dentro de él y se despertaron en una isla, extrañados y muy asustados. Comenzaron a explorar la isla cuando de repente, Sharon echó a volar. Se pusieron muy contentos y Charli se montó encima de él y volaron por los cielos para ver desde arriba la isla. ¿Cuál fue su sorpresa? Esa isla tenía forma de dragón, la misma que la de Sharon.
Bajaron de nuevo a tierra y siguieron explorando. En un alto de la isla vieron humo y se dirigieron hacia allí. Había un pequeño templo custodiado por dos pequeños dragones. Charli y Sharon fueron descubiertos y se dirigieron hacia ellos. les cogieron sin mediar palabra y les metieron dentro del pequeño templo.Dentro había dos viejos dragones y al ver a Sharon exclamaron:
-¡Nuestro hijo!
Charli, al ver el reencuentro, se alegró muchísimo. Sharon estaba feliz y comenzó a volar. Charli partió a su hogar con la ayuda de varios dragones de la isla.
Al llegar a casa se dio cuenta de que nunca había estado solo, que su familia siempre había estado junto a él y que eso era lo más importante que tenía. Desde entonces, Charli nunca más se sintió solo, nunca más."
XI Premio Internacional de Cuentos Escritos por Personas con Discapacidad. Fundación ANADE, 2016. ISBN 9788460855224
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